En esta entrevista, José Manuel comparte no solo su experiencia profesional, sino también sus reflexiones sobre los principales desafíos en el sector de la construcción actual. ¿Cómo encontrar el equilibrio entre velocidad, calidad y rentabilidad? ¿Por qué la sostenibilidad y la durabilidad de las edificaciones se están volviendo cada vez más importantes? Esta conversación no dejará indiferentes a quienes se interesan por la arquitectura, la construcción y los enfoques innovadores en la ejecución de proyectos complejos y de alta calidad.
— ¿Cómo llegó al sector de la construcción? ¿Fue una decisión consciente o una cadena de eventos inesperados?
— Bueno, todo fue una cadena de casualidades… primero, yo no pensaba hacer ninguna formación universitaria. Un amigo me convenció para hacer una carrera con él…. Y finalmente acabé siendo Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos en la vetusta Universidad de Granada con uno de los mejores expedientes de mi promoción.
Tras concluirla, tuve un breve paso en la docencia en la Universidad en la Escuela de Arquitectura y en la Escuela de Ingeniero de Caminos, donde incluso llegué a tener un despacho, con varias publicaciones y ponencias en congresos de ámbito sísmico. Participé en algunas revistas de edificación y libros de texto de estructuras, de mecánica de suelos, cálculo infinitesimal… Por aquella época incluso formé parte del equipo propuesto por la Universidad de Granada para elaborar la normativa sísmica europea….
Por circunstancias y para tener una mejor visión de mi formación como ingeniero, me pasé a la empresa privada elaborando proyectos y oficina técnica. Una parte importante de proyectar algo que se va a construir es saber cómo se va a realizar y por ello, opté por entrar en el mundo de la construcción esta vez a pie de tajo, habiendo realizado todas las figuras de stakeholders existentes: jefe de Obra, Dirección de Obra, Coordinador de Seguridad, Asistencia Técnica… A lo largo de mi vida, he hecho tanto edificación como obra civil, por lo que mi visión y conocimientos, son bastante extensos.
— ¿Qué es lo que más le inspira en la industria de la construcción?
— Bueno, yo más que industria, utilizaría el término sector. Me inspira fundamentalmente su continuo cambio y evolución. Aunque presente mucha inercia al cambio, la introducción de nuevos sistemas, normativas, evolución de materiales y nuevos conceptos relacionados con la sostenibilidad, someten a la actividad al cambio y evolución.
Salvo en la parte más industrializada del sector, con un presente significativo y un recorrido más que esperanzador, nunca se ponen dos ladrillos de la misma forma, al igual que nunca nacen dos bebés iguales que no sean gemelos de la misma madre. Ese es uno de los encantos de esta profesión, y a la vez, una de sus cruces.
— ¿Cómo se puede garantizar el cumplimiento de los plazos y la alta velocidad de ejecución sin comprometer la calidad?
— Esta pregunta es compleja. Todo el mundo tiene en casa un médico y un constructor. Todo el mundo tiene al menos un conocido que dice “…pues allí se hizo…” o “…pues yo cuando tuve eso me tomé…”. Cada caso es distinto, cada obra, cada circunstancia es diferente.
El cumplimiento de objetivos temporales se consigue con la planificación, desgraciadamente muy infravalorada en el sector, y cuya merma se hace muy al pesar de los técnicos al frente de la ejecución de los proyectos. Una adecuada planificación, basada en un buen documento técnico o proyectos que sirva de base, es fundamental. Normalmente, esto no se comprende por quien dice que sabe de cómo hacer las cosas, pero realmente no es consciente de los errores que comete por no conocer el fondo y la utilidad de aquello que, seguro que, con buena intención, no llega a valorar en su justa medida por pura inopia.
El cumplimiento de plazos como decía se consigue con tiempo de análisis, basado en un buen proyecto, que permite una buena planificación. A lo largo de mis ya más de 25 años de profesión, puedo contar los pulgares de mis manos los proyectos que permitían construir una obra con plenas garantías. Con estos proyectos se trabajó mucho, pero de una forma mucho más racional y eficiente.
El resto de las veces que no cuentan en los pulgares, han requerido mucho más trabajo adicional normalmente no valorado, con acciones de pulido y definición de los proyectos, corrección de errores, erratas y por qué no decirlo, grandes omisiones.
La experiencia del equipo técnico que actualmente posee Inmolux Group, su implicación y dedicación, permite hoy por hoy alcanzar los máximos estándares de calidad en un mercado tan exigente como es el de Marbella y alrededores. Los proyectos de nuestros clientes, los hacemos nuestros, les dedicamos tiempo y cariño, pensando siempre en su satisfacción. Nuestro componente promotor refuerza este enfoque, y esto nos convierte en una empresa muy valorada y recurrente por parte de nuestros clientes.
— En su opinión, ¿cuál es el criterio principal para un cliente al elegir una empresa constructora: velocidad, calidad o rentabilidad?
— Yo siempre digo que dos madres no hacen un bebé en cuatro meses. Siempre ha de haber un equilibrio en los criterios que menciona, pero nosotros vamos mucho más allá. Además de construir los sueños de nuestros clientes o de materializar la inversión que tenían conceptualizada según sus parámetros, lo que hacemos es durable, mantenible y confortable.
El cariño y la dedicación que le ponemos a lo que hacemos, con la máxima del cumplimiento de los plazos con la máxima calidad, sello de Inmolux Group, es lo que más valoran nuestros clientes, que, a la vez, son nuestros mejores prescriptores.
— ¿Cuáles cree que son las ventajas de la empresa constructora Inmolux Group frente a sus principales competidores?
— Yo diría que el equipo humano de la empresa. Todo es una máquina perfectamente engranada para conseguir la máxima implicación de la empresa en cada sueño de un cliente, en cada objetivo de un inversor. Ponemos intención, implicación y alma en cada acción que hacemos, en cada pared que planificamos, en cada detalle que construimos. Nos implicamos y mimetizamos con aquello que construimos.
Uno de nuestros sellos es la sostenibilidad, y esto se consigue con conocimientos, implicación y por qué no decirlo, cariño al hacer las cosas, como si fueran para nosotros, pero con el compromiso de entregarlas a alguien que sabes que lo que espera lo mejor de ti, lo mejor que hay en el mercado.
En esto se basa nuestro modelo de negocio, en el cariño que le ponemos a las cosas y en la implicación con la que las materializamos. Cumplimos los plazos y los objetivos de calidad que se nos piden.
—¿Cuál de los proyectos de Inmolux Group considera el más exitoso y por qué?
— Siempre es aquel que está por llegar, siempre es aquel que nos pone nuevos retos, que exige más de nosotros.
Ahora mismo tenemos varios proyectos que estamos realizando. La elevada satisfacción de nuestros clientes, que son nuestra mayor carta de presentación, nos retorna una elevada satisfacción por el trabajo bien hecho. Esto nos anima a continuar el enfoque de trabajo que tenemos, pero con las miras puestas es saber que siempre es posible mejorar.
— ¿Qué servicios adicionales o ventajas ofrece la empresa para que los clientes se sientan lo más cómodos posible en cada etapa del trabajo?
— Los más cómodo para un cliente es transmitirle que entiendes lo que quiere, que lo comprendes, y que le aconsejes en todo aquello sobre lo que tiene duda o no conoce.
Como decía anteriormente, nos implicamos mucho en los proyectos que realizamos. Asesoramos a los clientes, buscamos la mejor opción adecuada a sus (normalmente) exigentes peticiones. La experiencia y conocimiento actualizado de los nuevos materiales, sistemas de instalaciones y medios constructivos, son fundamentales para conseguir su complacencia.
Cuando los clientes nos llaman para repetir otro de sus sueños, hacer otra de sus obras, nos sentimos orgullosos.
— ¿Cómo maneja las dificultades imprevistas en las obras para evitar que afecten los plazos o el presupuesto?
— Una buena planificación, basada en el conocimiento y la experiencia, permite elaborar planes de contingencia que, por qué no decir que afortunadamente, este sector presenta y caracteriza.
Se ha de tener la agilidad técnica y empresarial como la que posee Inmolux Group para poder solventar situaciones adversas que se pueden presentar durante el desarrollo de los trabajos. La anticipación, el control y el seguimiento, permiten paliar de una forma muy significativa, cualquier tipo de incidencia que se pueda presentar a lo largo del proceso constructivo, en cualquier proyecto que estemos ejecutando.
Nuestra implicación con el cliente, no nos permite responder de otra forma que no sea la mayor agilidad y óptima respuesta, y nuestros clientes, lo saben.
—¿Qué tecnologías o métodos modernos implementa para estar a la vanguardia de las tendencias del sector?
— Estamos en continuo reciclaje formativo y estamos siempre ávidos a conocer nuevos materiales, sistemas constructivos e instalaciones que mejoren la calidad de nuestras construcciones. Siempre mantenemos la mira puesta en mejorar la calidad de nuestros clientes, dentro de unos parámetros sostenibles.
El equipo multidisciplinar presente actualmente en Inmolux Group fomenta la creatividad y la mejora continua, con una visibilidad de futuro que nos hace mejorar día a día.
—¿Cómo motiva a su equipo en proyectos complejos? ¿Tiene algún ejemplo de una solución no convencional que haya unido al equipo?
— Fundamentalmente la motivación suelo conseguirla a través de la implicación de los miembros que lo conforman. Me gusta darles la responsabilidad y la oportunidad de equivocarse, que es la principal forma de mejorar. Soy de la opinión que no aprende nadie que no se equivoca, y no se equivoca nadie que no hace.
El equipo consigue las metas, mientras que los objetivos los consiguen los miembros. Si además ellos son partícipes en su definición, su implicación será máxima y el resultado será óptimo. Quien no piensa así, quien se acomoda y no arriesga, no aporta, y si no lo hace, no mejora el equipo.
Me gusta marcar la estrategia, pero la táctica de cómo hacer las cosas la delego en los miembros del equipo, en mis compañeros.
— ¿Cuál ha sido la solicitud más inusual o desafiante que ha recibido durante su carrera?
— Una vez pidieron un documento técnico en el que asegurara que una estructura singular que se estaba construyendo en Málaga, no se vería afectada durante su construcción por las ondas sónicas que se generaban con motivo del espectáculo de fuegos artificiales de la feria de Málaga.
Tras la sonrisa inicial y confieso duda sobre la veracidad de lo que me pedían, se hizo un informe pericial del que el cliente salió bastante satisfecho.
— ¿Puede compartir un ejemplo de un enfoque innovador en un proyecto que superó las expectativas del cliente?
— Si por enfoque innovador se puede incluir cambiar la configuración completa de una promoción para sacarle más metros vendibles incluso a un coste inferior, sí, he hecho esto en varias ocasiones.
Una de las características de mi formación como Ingeniero de Caminos, unida a la experiencia en la edificación de más de 20 años, hace que tenga una visión mucho más general y profunda que muchos proyectistas de edificación, sobre todo de la de tipo residencial. Dominamos por nuestra formación aspectos fundamentales que se han de considerar tanto en el proyecto, como en la conservación y sobre todo en el concepto de mantenimiento, que se incorpora como ADN en nuestra formación, y que yo sepa, casi ninguna otra carrera universitaria contempla.
Este tipo de valores son muy valorados por los clientes, ya que desde Inmolux Group hacemos las construcciones para vivirlas, para sentirlas, y para no sufrirlas por temas de mantenimiento. Esto viene muy relacionado con los modernos conceptos de sostenibilidad, pero que nosotros, llevamos incorporada a nuestra formación hace más de 100 años. Los clientes de nuestras construcciones valoran mucho esto, porque les hace la vida más fácil, más cómoda y más económica.
— ¿Qué proyecto de construcción a nivel mundial o qué arquitecto le inspira más?
— Dejando atrás la Necrópolis de Guiza y la Torre Eiffel, que supusieron grandes logros en su tiempo y que sobre todo en el segundo caso el ingeniero Eiffel tuvo que luchar con sus contemporáneos porque decían que se caería, me gustan mucho las soluciones ingeniosas como la Rueda de Falkirk desarrollada por Butterley Engineering, o Marina Bay Sands, desarrollada por la ingeniería Arup.
Por si alguien no la conoce, la Rueda de Falkirk es capaz de mover casi 500 toneladas con el consumo de una batidora de casa. La genialidad de lo simple. Sin más.
Si me quedara con alguna figura, me quedaría con la del controvertido ingeniero Santiago Calatrava, que une sus conocimientos en este campo junto con los de bellas artes y arquitectura. Por su arrojo e innovación, me quedaría con la figura de Frank Lloyd Wright.
— Si imaginamos el futuro de la construcción dentro de 20 años, ¿qué le gustaría ver en la industria?
— Es una pregunta interesante. Me gustaría que los proyectistas consideraran aspectos relacionados con la longevidad y el confort de las construcciones, siempre unida a la singularidad e innovación estética. Espero que algún día se consiga esto.
Se están produciendo muchos cambios en el sector de la construcción, a pesar de la inercia que la caracteriza, motivado sobre todo por una mejor calidad de lo que se hace ante una exigencia cada vez más elevada de los productos que se entregan al mercado inmobiliario.
Hay mucho, mucho camino por recorrer, por parte de todas las figuras intervinientes en una construcción. Esperemos conseguirlo algún día.
— Si no tuviera limitaciones de presupuesto ni tiempo, ¿qué proyecto soñado le gustaría llevar a cabo?
— Alguno “imposible”, complejo y singular, con cuantos más retos a resolver, mejor. Me gustan las grandes construcciones. La complejidad de estas obras exige unos procesos de estudio y planificación muy exigentes, muy desarrollados y a la vez muy innovadores.
Me hubiera gustado participar en la Torre Skytree de Tokio o en complejos como el Marian Bay Sands. Yo creo que a todos nos gustan las motivaciones que suponen la complejidad y la dificultad al superar los retos en nuestro trabajo.
La gloria no es para los acomodados.